Nuestra vida es algo parecido a nuestra forma de trabajar: Para nosotros mismos o para otro.
Muchos viven sobre la premisa de que crear tu propia empresa es un riesgo y prefieren un trabajo que les brinde "seguridad" y "una pension".
Ser "independiente" es algo como estar pilotando tu auto. Trabajar para otros es ir de pasajero. Te pueden bajar en cualquier momento.
Pero estabamos hablando de la vida. Que tanto depende de otros nuestra vida? Que pasara mañana cuando nos bajen del bus? Quien maneja el auto ahora mismo?
Y si te dicen ahora: "maneje usted..."
O te bajan y te ves en el anden?
Ese instante vale oro. Es donde se presenta el cruce de caminos, donde ya no vale solo elegir, sino caminar adelante hacia el mundo.
Ir de pasajero es muy comodo. Podemos hasta dormir, contarnos chistes entre los mismos pasajeros y que el chofer sea el responsable de llevarnos y tambien transnochar. Y tiene que hacerlo bien...
Que tanta seguridad tiene tu vida hoy? Pero al fin y al cabo que es la seguridad? Todo lo que queda es el miedo: tenerlo o no tenerlo.
Quizas por eso mismo sea emocionante el momento en que vivo, donde tomar las riendas de mi vida requiere mucho coraje y que requiere de mucha atencion para no caernos o tampoco llorar por las caidas.
Es como cuando bajas de una pendiente y te soltaron los frenos.
JAJAJA... vas rapido y muy estremecedor. al final te empoderas cuando "te das cuenta" que eres tu y la bicicleta.
Sintiendo el vacio
En realidad uno está solo, y eso deberiamos tomarlo muy en serio, que de vez en cuando alguien le tienda una mano, un saludo, etc, es normal, de la gente normal, pero en realidad uno está solo, y no me refiero a esa soledad de sentirse desamparado, No. Es a la soledad de UNO.
Sientete vacio en algun momento, en realidad uno no es tantas cosas como uno piensa.
Sientete vacio en algun momento, en realidad uno no es tantas cosas como uno piensa.
Donde perdimos nuestro regalo
Ese estado natural de vivir sin pensar, esa fe de esperar que nada desaparezca y que nuestros pies nos sostendran pase lo que pase. Fue un regalo cuantico de nuestro creador. Donde vivir era no tener miedo. ¿Donde lo perdimos?
Escribo en plena reconstruccion
Una vida puede cambiar dramaticamente, simplemente con un suceso. Hoy estoy a varios kilometros de donde estaba hace 3 meses, ya tengo algunas cicatrices y otras heridas no sanadas, pero que van por buen camino de sanacion (eso espero jejeje)
Mi guerra no esta finalizada, pero en un tiempo mas, vere esta etapa con "cara de ponque" (felicidad) de contemplar heridas de guerras ya pasadas.
Ahora siento que todo va mejor por todo lo que rechace y todo lo que me rechazaron. Es un devenir continuo y constante.
Creo que puedo hablar en pasado. Puedo decir que deberia arrepentirme de algunas cosas, pero el seguir vivo me confirma que ningun arrepentimiento era importante para haber cambiado las cosas. Se viven varias vidas y de todas se renace. Me siento mas fuerte, me estoy reconociendo. Siento sustos pero estoy feliz.
Simplemente porque estoy dando mis pasos solo. Con susto pero feliz.
Mi guerra no esta finalizada, pero en un tiempo mas, vere esta etapa con "cara de ponque" (felicidad) de contemplar heridas de guerras ya pasadas.
Ahora siento que todo va mejor por todo lo que rechace y todo lo que me rechazaron. Es un devenir continuo y constante.
Creo que puedo hablar en pasado. Puedo decir que deberia arrepentirme de algunas cosas, pero el seguir vivo me confirma que ningun arrepentimiento era importante para haber cambiado las cosas. Se viven varias vidas y de todas se renace. Me siento mas fuerte, me estoy reconociendo. Siento sustos pero estoy feliz.
Simplemente porque estoy dando mis pasos solo. Con susto pero feliz.
Mata tu vaca
En medio de todas las idas y venidas de mi vida en los ultimos dias, me encuentro de nuevo con este texto. Me lo he vuelto a encontrar, y hoy cobra un nuevo significado.
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Un maestro samurai paseaba por un bosque con su fiel discípulo, cuando vieron a lo lejos un sitio de apariencia pobre. Se acercaron a él y encontraron una pareja y tres hijos que descalzos y vestidos con ropas rasgadas malvivían en una cabaña de madera. Se acercaron al padre de la familia y el samurai preguntó:
- Aquí no hay muchas posibilidades de trabajo, ni comercio, ni fértiles campos ¿cómo hacen para sobrevivir?.
El señor respondió:
- Tenemos una vaca que nos da varios litros de leche todos los días. Unos cuantos los vendemos o cambiamos por otros alimentos en la ciudad vecina y con el resto producimos queso, cuajada... para nuestro consumo y así es como vamos sobreviviendo.
El maestro agradeció la información, contempló el lugar por un momento, se despidió y se fue. Su discípulo le siguió. Cuando se habían alejado unos cuantos metros, el samurai rompió el silencio dirigiéndose al discípulo:
- Busca la vaca, llévala al precipicio de allí enfrente y empújala al barranco.
El joven se quedó espantado con la orden del maestro, pero volvió sobre sus pasos, buscó la vaca, la empujó hasta el precipicio y la vio morir. Aquella escena le quedó grabada en su memoria durante años. Hasta que un día, agobiado por la culpa decidió regresar al lugar y contar a aquella familia lo que había hecho, pidiéndoles perdón y brindándose a ayudarles.
Así lo hizo, y a medida que se acercaba a aquel lugar encontraba todo muy bonito: niños jugando entre árboles floridos, bonitas casas, más familias... El joven se sintió triste y desesperado imaginando que aquella humilde familia habría tenido que vender sus yermas posesiones para sobrevivir. Encontró a un hombre mayor y le preguntó por aquella familia que vivía allí en soledad hacía seis o siete años, y el hombre le llevó hasta la casa del dueño de la vaca.
Elogió el lugar y su nuevo aspecto infinitamente más aseado y correcto, y preguntó:
- Pero... ¿cómo hicieron para mejorar este lugar y cambiar de vida?
El señor entusiasmado le respondió:
- Nosotros teníamos una vaca que cayó por el precipicio y murió, así que para sobrevivir nos vimos en la necesidad de hacer otras cosas y desarrollar otras habilidades que no sabíamos que teníamos. Así alcanzamos el éxito que ahora ves.
¿Sabes ya cual es tu vaca, que te lleva a la rutina y de la que eres dependiente?. No dudes ni un minuto en empujarla por el precipicio.
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Cual es tu vaca que esta estorbando en tu camino?
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Un maestro samurai paseaba por un bosque con su fiel discípulo, cuando vieron a lo lejos un sitio de apariencia pobre. Se acercaron a él y encontraron una pareja y tres hijos que descalzos y vestidos con ropas rasgadas malvivían en una cabaña de madera. Se acercaron al padre de la familia y el samurai preguntó:
- Aquí no hay muchas posibilidades de trabajo, ni comercio, ni fértiles campos ¿cómo hacen para sobrevivir?.
El señor respondió:
- Tenemos una vaca que nos da varios litros de leche todos los días. Unos cuantos los vendemos o cambiamos por otros alimentos en la ciudad vecina y con el resto producimos queso, cuajada... para nuestro consumo y así es como vamos sobreviviendo.
El maestro agradeció la información, contempló el lugar por un momento, se despidió y se fue. Su discípulo le siguió. Cuando se habían alejado unos cuantos metros, el samurai rompió el silencio dirigiéndose al discípulo:
- Busca la vaca, llévala al precipicio de allí enfrente y empújala al barranco.
El joven se quedó espantado con la orden del maestro, pero volvió sobre sus pasos, buscó la vaca, la empujó hasta el precipicio y la vio morir. Aquella escena le quedó grabada en su memoria durante años. Hasta que un día, agobiado por la culpa decidió regresar al lugar y contar a aquella familia lo que había hecho, pidiéndoles perdón y brindándose a ayudarles.
Así lo hizo, y a medida que se acercaba a aquel lugar encontraba todo muy bonito: niños jugando entre árboles floridos, bonitas casas, más familias... El joven se sintió triste y desesperado imaginando que aquella humilde familia habría tenido que vender sus yermas posesiones para sobrevivir. Encontró a un hombre mayor y le preguntó por aquella familia que vivía allí en soledad hacía seis o siete años, y el hombre le llevó hasta la casa del dueño de la vaca.
Elogió el lugar y su nuevo aspecto infinitamente más aseado y correcto, y preguntó:
- Pero... ¿cómo hicieron para mejorar este lugar y cambiar de vida?
El señor entusiasmado le respondió:
- Nosotros teníamos una vaca que cayó por el precipicio y murió, así que para sobrevivir nos vimos en la necesidad de hacer otras cosas y desarrollar otras habilidades que no sabíamos que teníamos. Así alcanzamos el éxito que ahora ves.
¿Sabes ya cual es tu vaca, que te lleva a la rutina y de la que eres dependiente?. No dudes ni un minuto en empujarla por el precipicio.
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Cual es tu vaca que esta estorbando en tu camino?
Silencio y Soledad
Silencio y Soledad
Busco el silencio. Gozo en silencio. Adoro el silencio.
Al progresar en el camino, buscamos y necesitamos el silencio cada vez mas. Al buscar el silencio y cuando lo encontramos, tambien hallamos la soledad. Se siente mucha paz.
Una vez encontramos ese lugar, sentimos que no necesitamos defendernos o atacar, claves de la sociedad moderna. Ese lugar es unico porque podras ser totalmente abierto, nos asombramos de nuestros pensamientos y sobrecogidos por estar alineados con ese cosmos anhelado.
Vives en la sociedad que conocemos, pero sus intrincadas marañas no importaran porque ya conoces el refugio donde estaras seguro. Adoraras ese lugar donde abunda el silencio y la soledad.
Permitete llegar a ese lugar que siempre ha sido tuyo.
Busco el silencio. Gozo en silencio. Adoro el silencio.
Al progresar en el camino, buscamos y necesitamos el silencio cada vez mas. Al buscar el silencio y cuando lo encontramos, tambien hallamos la soledad. Se siente mucha paz.
Una vez encontramos ese lugar, sentimos que no necesitamos defendernos o atacar, claves de la sociedad moderna. Ese lugar es unico porque podras ser totalmente abierto, nos asombramos de nuestros pensamientos y sobrecogidos por estar alineados con ese cosmos anhelado.
Vives en la sociedad que conocemos, pero sus intrincadas marañas no importaran porque ya conoces el refugio donde estaras seguro. Adoraras ese lugar donde abunda el silencio y la soledad.
Permitete llegar a ese lugar que siempre ha sido tuyo.
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