Que hacemos?

con insultante lucidez un comunicado que, difundido por una agencia de noticias brasileña, daba cuenta de algo importante que sucedió ese inolvidable día. Rezaba así:

35.615 niños murieron de inanición el 11 de septiembre de 2001. Víctimas: 35.615 niños (fuente: Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, FAO). Lugar: paises pobres. Programas especiales de televisión: ninguno. Artículos de prensa: ninguno. Mensajes del presidente: ninguno. Actos de solidaridad: ninguno. Minutos de silencio: ninguno. Foros organizados: ninguno. Mensajes del Papa: ninguno. Mercados bursátiles: no les importó. Euro: siguió su camino. Nivel de alerta: cero. Movilización militar: ninguna. Teorías de conspiración: ninguna. Principales sospechosos: países ricos.

http://quomodo.blogspot.com/2007/03/la-verdad-sobre-el-11-s.html


A veces sentimos que estamos de brazos cruzados... soltamos las manos y continuamos maniatados, a veces solo podemos continuar viendo o eso nos parece. Para donde tenemos que ir, que puerta tocamos, que mente despertamos.

Cuando hablamos de estas cosas, nos miran como si fueramos estupidos y nos hacen callar y somos objeto de burla. Sera verdad que estamos defendiendo algo que ya no tiene solucion? y estamos dando palos de ciego?


Cito la misma cita:
Estamos atrapados entre la estupidez por receta médica y la brutalidad del mundo. Lo real y lo virtual se confunden; la tan encomiada “privacidad” es publica hasta la nausea y lo que entendamos por valores y servicios públicos son barridos a la esfera de lo privado. ¿Cabe un resquicio entre ambos? Tal vez si, me digo, pero minúsculo. Y a continuación me corrijo: basta una hendidura en el muro para que se cuele un rayo de luz e ilumine el magma confuso que nos envisca y degrada. Un libro de poemas, una obra musical, un simple artículo de periódico, pueden abrirnos los ojos e introducir una emoción, un razonamiento esclarecedor en nuestra amenazada existencia de ciudadanos. -Juan Goytisolo

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